martes, 7 de agosto de 2012

Yo planté, Apolos regó


“Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios”  1 Co. 3:6
En el pasado, cuando la iglesia fue empezada en la región inka, muchos fueron los que plantaron y trabajaron arduamente. El apóstol Pablo dijo en  1 Co. 3:6 “Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios” y en 2 Ti. 2:6 El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. Pero al transcurrir el  tiempo el trabajo de los plantadores se hizo cada vez mas difícil porque la obra estaba creciendo en una forma natural y espontanea por la labor de los mismos creyentes en diferentes lugares. Ahora estamos viviendo estos tiempos de crecimiento y espontaneidad y para los nuevos creyentes y obras casi les es difícil seguir avanzando por muchas razones.
Numero uno
La falta de obres preparados con pasión de servicio y no buscando ganancias deshonestas.
Numero dos
Ministerios que se enfoquen en las personas y vidas de los lugares mas alejados como los campos  
Numero tres
Ayuda de hermanos/iglesias maduras que puedan invertir su tiempo y recursos para seguir equipando a nuevos líderes en sus zonas.

TODO EN SU NOMBRE Y PARA ÉL 
En el ministerio EPYL hemos aceptado e impulsado este desafío. Tenemos el deseo solo de buscar el bienestar espiritual y madures de los nuevos líderes sin alejarles de su contexto geográfico y vivencial.
Este modelo es una reminiscencia del apóstol Pablo “Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios” 1 Co. 3:6. Cuando el objetivo es el fruto espiritual para la gloria de Dios ¿Quién es más importante? El que planto o el que rego o ¿Quiénes enseñan? ¿Quiénes darán para esta labor? Dios es el que da y sostiene su obra por su sola gracia.

AMEN.

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